El cabotaje y sus beneficios para México
A lo largo de la historia, la navegación ha sido el medio de transporte predilecto para el desarrollo comercial de muchos pueblos y civilizaciones alrededor del mundo. En el caso de los romanos, el mar mediterráneo fue la fuente de sus riquezas y generó toda una economía e intercambio comercial sin precedentes. Asimismo, en el caso de Inglaterra, la navegación y el comercio más allá de los mares condujo a la isla británica a convertirse en el primer imperio auténticamente global.
En el caso de México, la posición geográfica estratégica de nuestro país nos permite tener dos importantes salidas marítimas, una con el océano Pacífico y otra con el Golfo de México, en total más de 11 mil kilómetros de costas que nos dan amplias posibilidades para conectarnos mediante la navegación con los distintos puertos nacionales de una forma segura y eficaz. Para aprovechar nuestra posición geográfica vale la pena revisar con detenimiento la figura del cabotaje.
De acuerdo con el artículo 16, fracción II del Reglamento de la Ley Aduanera, se entiende por tráfico marítimo de cabotaje, el transporte de mercancías o la navegación entre dos puntos del país situados en el mismo litoral.
A decir verdad, la navegación de cabotaje fue muy recurrida en México durante la primera mitad del siglo XX, ya que antes del desarrollo de las autopistas los antiguos caminos terrestres en nuestro país eran considerados veredas y resultaba más práctico conectarse a través del mar.
De la experiencia internacional, podemos rescatar la navegación de los europeos que han sabido implementar a su propio estilo el servicio de cabotaje, denominado “Short Sea Shipping”, término utilizado para referirnos al comercio costero.
El puerto de Barcelona es un gran ejemplo de esta modalidad al concentrar todo el comercio internacional marítimo de altura en una sola entidad (Puerto-Hub), para posteriormente repartir los bienes y mercancías a los puertos más pequeños con navegación de cabotaje.
De regreso a México, la nueva visión de las autoridades en la materia es muy atinada al tener dentro de los planes de desarrollo la rehabilitación de las famosas “carreteras del mar” y con ello darle un renovado impulso a la navegación de cabotaje.
De hecho, existe en la actualidad un proyecto muy avanzado para revivir el tráfico de cabotaje entre el puerto de Veracruz y el puerto de Progreso, una demostración patente de la viabilidad en este transporte.
Incluso, si quisiéramos avanzar hacia el siguiente nivel, el cabotaje pudiera ser un tema de propuesta en la renegociación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, ahora T-MEC, ya que los Estados Unidos son por mucho nuestro mayor socio comercial y este transporte daría una nueva opción para los importadores y exportadores de los países involucrados. Sin embargo, la legislación estadounidense impide el cabotaje por la llamada “Jones Act”, un tema que de llegar a negociarse podría beneficiar a la economía marítima de México notablemente.
Aún queda mucho por explorar en este tema, pero sin lugar a dudas la búsqueda de nuevas rutas, nueva logística y nuevas ideas debe de ser una prioridad nacional.
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